El opositor cubano Guillermo Fariñas es examinado por médicos mientras permanece recostado en un sofá en su casa de Santa Clara, en Cuba, el 10 de marzo de 2010. Fariñas, quien sigue una huelga de hambre desde hace 15 días, sufrió un desmayo este jueves 11 de marzo y está en "estado grave", informó una empleada del hospital provincial de Santa Clara, donde fue ingresado.

El periodista disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre desde hace 16 días, puede padecer una "complicación renal", pues no orina desde que ingresó el jueves en terapia intensiva de un hospital de Santa Clara (centro), dijo este viernes su portavoz, Licet Zamora.

"Fariñas se mantiene en la sala de cuidados intensivos del hospital provincial 'Arnaldo Milián' y la observación es que continúa sin orinar. Esto nos preocupa, aunque no hay confirmación (médica) sobre una complicación renal", dijo telefónicamente Zamora a la AFP desde Santa Clara, 280 km al este de La Habana.

"Estamos esperando los resultados de los exámenes que le hicieron ayer (jueves)", añadió Zamora, tras precisar que el sicólogo, de 48 años, está siendo "hidratado por vía intravenosa".

Fariñas, quien ha realizado más de 20 huelgas de hambre y ha estado preso tres veces por su actividad opositora, sufrió el jueves un shock hipoglucémico -similar al que enfrentó el 3 de marzo- y fue ingresado en el hospital Milían, el principal de la ciudad y cuyos servicios de información lo reportan "grave pero estable".

La madre del disidente, Alicia Hernández, dijo a la AFP sentirse "más tranquila", porque su hijo "está ingresado, vigilado por los médicos las 24 horas", pero lamentó que mantenga "su posición de continuar" la protesta, en reclamo de la libertad de 26 presos políticos cubanos que asegura están muy enfermos.

"Está consciente, orientado, pero sigue con sus dolores articulares, de cabeza, lumbar y sus síntomas no muy pronunciados de deshidratación. Me dijo que se siente muy agotado", comentó Hernández, quien es enfermera jubilada.

Fariñas comenzó la huelga el 24 de febrero, poco después de la muerte del preso político Orlando Zapata, de 42 años, tras una huelga de dos meses y medio.