Eso de leer nuestra mente con un dispositivo encasquetado a la cabeza siempre ha sonado muy geek y a película de ciencia ficción, pero gracias a gracias a IMEC , una empresa especializada en nanotecnología y a la Universidad de Lovaina acaba de convertirse en una realidad.
Hasta ahora había lectores de la actividad bioeléctrica cerebral que han aportado bastante información para estudiar enfermedades relacionadas con el sueño, trastornos psiquiátricos, la epilepsia… el gran avance supone que por primera vez puede leerse el cerebro, interpretar lo que quiere decir y escribir, virtualmente claro está, nuestros pensamientos en la pantalla de un ordenador.
Su principal aplicación es para las personas con discapacidades motoras que a partir de ahora van a poder comunicarse de manera muchísimo más eficiente. El lector se ajusta a la cabeza, donde lleva unos electrodos en lugares estratégicos unidos por cable a una caja no mucho mayor que una de cerillas la cual a su vez transmite de manera inalámbrica por radio la señal a un ordenador.
Este tipo de dispositivo será mucho más baratos que los lectores láser oculares, por ejemplo, que hasta ahora se usaban con este tipo de pacientes (Stephen Hawking lleva uno) y seguro que permiten ampliar nuestros conocimientos sobre el cerebro y su funcionamiento. ¿Os imagináis ponerlo en personas dormidas de manera que pudiésemos ‘leer’ sus sueños? El campo de utilidades e investigaciones que se esconde detrás de un invento así es inimaginable.